
Estar enamorado es una porquería.
Estar enamorado es una basura, se siente uno mal.
No reacciona inteligentemente.
Pierde la facultad de especular, porque con toda inocencia,
toma el corazón y lo deja de propina en cualquier lado.
En cambio cuando uno no esta enamorado es vivo,
es atrayente, es imaginativo, especula, se retira a tiempo,
avanza cuando tiene que avanzar, es brillante.
Tiene esa crueldad, esa maravillosa crueldad,
que tanto enamora y que cuando uno esta enamorado pierde.
El enamorado dice “voy a ser cruel” y resulta patético.
Ensaya retiradas que duran cinco minutos,
al cabo de los cuales llama por teléfono como un perro,
arrastrándose.
Cuando uno está enamorado pierde poder, pierde mucho poder,
del que uno necesita para enamorar, precisamente.
De modo que se da esta paradoja:
cuando mas necesita este poder no lo tiene
y cuando uno lo tiene no le interesa tenerlo,
o a lo mejor lo usa nada mas que enamorar giles,
de gusto, porque si, para matar el tiempo.
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